domingo, 25 de septiembre de 2011

“Soy un contador de historias”: Guillermo Arriaga


Por Evelin Montiel

Durante una plática con alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el guionista y director Guillermo Arriaga aseguró que escribir es un arte, sobre todo si se trata de llevar una historia a la pantalla grande.

El cineasta, que ofreció la cátedra en una sala del Centro Cultural Universitario, comentó que un buen guión es aquel que una vez en forma de película, provoca sentimientos en la gente, moviendo sentimientos y cambiando perspectivas. “El primer paso de la seducción es la obra escrita”.

Aludiendo a un episodio de su vida en el que se desempeñó como docente en dos de las universidades más prestigiosas del país, señaló que enseñar a escribir es todo un reto.

“Yo puedo decirle a un guionista qué hacer y darle todas herramientas posibles para que su historia resulte como quiere, pero enseñarle a alguien a escribir es otra cosa, eso es imposible, por eso me despidieron de las escuelas en las que trabajé como profesor. Es un error decir que uno escribe o hace cine para triunfar”.

Asimismo recordó su faceta de escritor con historias exitosas como “Un dulce olor a muerte” (1999), “Amores Perros” (2000), “21 gramos” (2004), “Los tres entierros de Melquiades Estrada” (2005), “Babel” (2006), “El búfalo de la noche” (2007), y “The burning plain” (2008), que lo llevaron a trabajar con gente como Alejandro González Iñárritu y Tommy Lee Jones.

También habló sobre la relación guionista-director, que en su caso ha sido de vital importancia para trascender en el mundo del celuloide. “Puedo decir que el cine es de autores, el cine es contar historias, por ello se debe trabajar en conjunto para obtener un buen resultado”.

Po otro lado dijo que los actores también forman parte fundamental de su trabajo: “de ellos me importa su gusto y el modo en que se expresan, además de lo que puedan brindarle al personaje. El talento es muy difícil de encontrar, por eso lo dejo al último”.

Arriaga, quien compartió con los estudiantes algunos consejos sobre el oficio de ser cineasta, también se mostró optimista con respecto a la situación por la que atraviesa actualmente el celuloide mexicano.

“Nuestro cine sí se ve, tal vez y en la mayoría de las veces no como esperamos, pero a final de cuentas las películas siempre terminan fluyendo y abriéndose paso”.

En ese sentido comentó que una producción cinematográfica no siempre se realiza con el objetivo de exhibirse en una sala comercial, “eso no significa que no el público o determinado sector no la vaya a ver, no hay que angustiarse demasiado”.

Sobre su participación como jurado en festivales de cine como los de Venecia y Colombia, enmarcó a los largometrajes participantes en la categoría de “estética de la aburrición”.

“Yo hago como Borges decía: ‘contra la aburrición, está la pasión’, por eso en mis películas pasa todo, me gusta reflejar mis experiencias”.

Por último, sin abundar en detalles, adelantó que participará como productor en un nuevo proyecto “que será muy interesante”.

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