martes, 16 de agosto de 2011

Monterrey rojo



Por Jorge Alonso Espíritu

El diario rojo “Metro”, en su edición regiomontana, mostró en su portada del sábado pasado la imagen de un hombre cocido a balazos, semicubierto por una sabana blanca y acompañado por una bicicleta. Para muchos, estaba involucrado en la delincuencia, yo no tengo forma de saberlo.

Los periódicos sensacionalistas de Nuevo León son la confirmación diaria de que el sicariato no se ha ido de la región. Absolutamente todos los días aparecen en sus portadas las imágenes que así lo demuestran. Tal vez sea parte de una cultura perversa, apología del delito, cotidianidad que se vuelve rutina. “Lo que está pasando es que nos acostumbramos” reflexiona un estudiante.

En medio de la aparente calma, todos aquí tienen algo que contar. Una historia que espera la provocación del turista curioso por el México narco.

A mi me toco ver cuando murieron los del Tec. Declara un poblano con una playera que reza “yo soy borrego*”. Estábamos viendo una película de acción y confundimos la balacera en la película con lo que pasaba afuera, pero estaba tan fuerte que sentimos una explosión y salimos a la azotea a ver que pasaba, las ráfagas volaban para todos lados, en serio que vi una bola de fuego que volaba hasta la por donde esta la farmacia, caía, permanecía prendida y luego se apagaba; le hablé a mi hermano que estaba de antro en otro lado y le dije “no regreses, las cosas aquí están muy feas, quédate con un amigo que viva por allá o si no sígansela hasta las 5 de la mañana”. La curiosidad envuelve a un recién ingresado al Tec, procedente de Texmelucan. Pero, los chavos, cómo se encontraron en el fuego cruzado. Pues estaban en la biblioteca, les dio hambre y se les ocurrió salir a comer algo, les dispararon los militares, es la verdad, pero ellos no tuvieron la culpa, imagínate, los estaban atacando y de repente ven a dos correr, pues les disparan…

Los antros, bares y salones cerrados por decenas cuentan su propia historia. “¿Oíste la balacera de la semana pasada?” comentan en grupo otros jóvenes. El piso caliente es una coincidencia algo cruel.

Aquí la pagan los jodidos que siendo pobres no pueden vivir más que en zonas peligrosas y los ricos que por serlo son objetivos de atraco. Lo dice un mecánico y vendedor de autopartes, cuando intenta aconsejar a los compradores. “Yo te recomiendo el paralizador de tu auto, ya vez que aquí está de moda que te bajen del carro y se lo lleven, pues aprietas el botón y en un kilometro se detiene el auto.” La disertación del experto es casi una mala broma. “Tu sabes que aquí esta muy de moda que te encajuelen. Pues lo mismo, aprietas el botón desde la cajuela y se les va a parar el auto.”

Pero frente a la ventana en un edificio con una vista panorámica llena de luces de ciudad, no hay más caos que el escandalo regiomontano de los autos. No hay balas, ni sangre. El que escribe no encontró granadas ni narcobloqueos. Así fue mejor. La clave, dicen los que saben, es saber las reglas de seguridad y en caso crítico, saber como reaccionar.

*El borrego es la mascota del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, el Tec.

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