viernes, 16 de julio de 2010

Green go!


En el fondo, siempre quise tener un amigo norteamericano.

Aunque en el DRAE la palabra gringo es de etimología discutida, es cierto que en el habla latina esta expresión se popularizo como una forma de menospreciar a los habitantes estadounidenses. Entre las diversas leyendas sobre la adopción de este vocablo se encuentran aquellas que sugieren que deriva de la voz "green go!" haciendo referencia a una expulsión de los norteamericanos de los pueblos americanolatinos, en especial, de México.

Hace ya algo de tiempo un lector, que no se si me sigue por este medio, me llamó la atención por el uso de esta palabra de connotación despectiva y discriminatoria. La verdad es que su reclamo, aunque fundado, no reflejaba la intención de mi escrito, enfocado peligrosamente en la migración y la globalización, a través de música y literatura, en especial de la canción Cliché latino, cliché gringo, del argentino-estadounidense Kevin Johansen "estereotipo, estereotipo stereo" canta alegremente...

Con todo debo confesar que mi postura hacia ellos no es de lo mas linda. La lectura de la historia mexicana (y latina en general) ha producido en mí cierto rencor antigringo, experiencias personales aparte. Estados Unidos como ningún otro país se ha echado a cuestas la carga de ser el país más odiado del mundo, sobre todo por su riqueza a costa del sufrimiento de otros países, su doble moral y su estilo de vida -esto ultimo generalmente envidiado por sus detractores. No es gratuito haber madurado escuchando "yanqui go home" o "América latina libre"

Sin embargo, hace poco tiempo la vida me permitió conocer el lado B de los "gringos"... creo que tuve suerte. Conocí gente hermosa sin necesidad de dejar suelo poblano. En solo pocas horas de platicas y recorridos conocí personas capaces de analizar más allá de prejuicios y tabúes temas tan disímbolos como política, fútbol, arquitectura y ajedrez.

Tuve suerte -por llamarlo de algún modo- de conocer a Mick, un antiguo sandalista (término usado para describir a un buen número de jóvenes idealistas norteamericanos, que en la década de los 80 decidió dejar la cómoda vida de clase media suburbana de Estados Unidos y Canadá, e instalarse en Nicaragua, donde la revolución sandinista, recién llegada al poder, luchaba por implantar un modelo stalinista de producción y, al mismo tiempo, enfrentaba al ejército de los 'Contras', que, financiado desde Washington, intentaba trabar cualquier iniciativa emprendida por Daniel Ortega, entonces comandante del naciente experimento comunista) que más que eso, es una persona increíble, con experiencias y miradas del mundo que a apesar de codificarse en un idioma incompleto -no habla a perfección el español y algunas frases tuve que decifrar en ingles- reflejan comprension y una alegria reconfortante en este servidor.


Zack es diferente, catolico veinteañero muestra en su espontaneidad y alegría una capacidad enorme para comprender las relaciones político-económicas de la sociedad mexicana católica al tiempo de permitirse indignarse por los errores de su religión y también de las otras, por supuesto. Es además un excelente amigo con quien intercambiar descubrimientos y compartir datos curiosos -aunque para lo ultimo me contratan.


Ambos son estadounidenses; conocen su país; lo quieren, como yo mexicano quiero al mio; pero tenemos algo más en común... somos, o intentamos ser, seres humanos, mas allá de las banalidades y los defectos generales de nuestras patrias y más allá de nuestro color de piel.b

Sigo pensando que gran parte del sufrimiento de mis hermanos de raza halla causa en el país de las barras y las estrellas. Sigo detestando su cultura dañina tan bien adoptada en mi país. Sigo estando en contra de su imperialismo y su todavía intervención en las decisiones de mis representantes (cuales?). Y aun pienso que el mejor de los escenarios es uno donde la mano enorme y pesada del Tio Sam esté lejos de esta tierra, pero en este escenario bien cabrían muchos, muchos extranjeros en este suelo, dispuestos a hacer lo que todos deberíamos: vivir


Saludos

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