domingo, 18 de julio de 2010

El secreto de sus ojos


A veces los humanos creemos conocer el mundo y, en nuestro supuesto conocimiento, limitamos nuestra capacidad de analisis, de sospecha, perdemos un tipo de imaginación, la más importante, la cotidiana.


A veces los humanos adultos damos por hecho que vimos todo y no hacemos sino trasladar nuestro mundo con sus tabúes, sus prejuicios y con todo y sus limitaciones a la vida de los demas, suponiendo que todo aquello que nos sujeta o nos da alas, forma parte de la composicion de todo el mundo. En nuestra ceguera somos incapaces de imaginar hasta que punto puede alguien amar a otra persona, porque nosotros no sabemos amar o porque nuestro "conocimiento" nos hace amar de otra manera, besar de otra manera, reir de otra manera, sufrir de otra manera, desfallecer de otra manera. Al fin y al cabo el amor y la justicia, hermanos siameses que fueron separados, dicen, son ciegas.


¿Deberiamos darle ojos a la justicia? Interesante pregunta. Tal vez con una pizca de miradas la justicia se inclinaría a favor de los necesitados... aunque el oro pese tanto. Tal vez si dejara que abrieramos una rendija a la venda que la ciega podria observar los secretos que guardan ciertos ojos. Aunque eso nos colacara en un dilema... donde quedan todas esas reglas que con tanto frio aprendimos... ¿justicia? ¿Hasta donde? ¿Amor?


En la electrizante "El secreto de sus ojos" Jose Campanella nos sumerge en una historia que remueve nuestras creencias y desafía nuestras convicciones. Cuánto amor es suficiente, qué es la justicia, cuándo es tarde, cúanto tiempo podemos esperar... son preguntas que cada quien debe responder. El amor, la amistad, la vengaza... todo existe en el corazón humano. Pero hay una pista... en los ojos de esa persona.

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